Hoy en día las redes sociales son el tema de moda, sino tienes Facebook o Twiter básicamente no existes para la sociedad cibernauta.
Estar dentro de una red social implica incluir detalles como, gustos personales, fotos, formas de pensar, el cómo te desempeñas en tu día a día, compartir amistades, conocer personas de otras culturas o países, entre otras.
En la mayoría de los casos, hasta se concretan relaciones sentimentales y es uno de los detalles comunes dentro de la dinámica de las redes sociales.
Cuando a la hora de compartir se trata, existen diversas actividades recreativas; una de las más populares es la Granja País, la cual se ha catalogado como una de las más famosas dentro de esta red social.
Es de fácil acceso, podemos invitar a los demás contactos para que jueguen con nosotros enviándoles una solicitud para así obtener regalos, monedas y de esta forma ganar más extensión de terreno y continuar jugando.
Es un juego interactivo, casi en tiempo real, con el cual el usuario de la cuenta hace las veces de un agricultor, con una pequeña extensión de terreno y un animal de corral (en este caso es una vaca). Para obtener ganancias hay que cultivar el terreno, alimentar la vaca, cosechar los productos y luego venderlos. Después se ara la tierra nuevamente, se compran semillas, se cultiva la tierra y de vuelta al ciclo inicial para ir avanzando de nivel.
Según la cadena de noticias CNN en Español, este juego posee más seguidores a nivel mundial y existen más granjeros virtuales de la Granja País, de lo que pueden existir Granjas en los Estado Unidos.
Mientras jugábamos con la granja, esta concepción no deja de ser una realidad, pues la mayoría de esta red social comparte esta aplicación.
Al darnos cuenta de esto y tener otras ventanas abiertas de investigación, nos dimos cuenta que el cultivo y cuidados que requiere la granja, nos quitaba la atención de las otras ventanas que habíamos abierto posteriormente.
En otras palabras, la granja país aunque no es un juego que genera la violencia pero si es un juego que crea dependencia, es decir, es un juego adictivo. Y ¿Por qué es adictivo? Porque el saber que al día siguiente se deben cumplir las mismas actividades de la responsabilidad de tener una granja, te induce a continuar jugando sin obtener ninguna fuente de ingreso que se pueda cargar en una tarjeta de crédito.
Los seres humanos tenemos la debilidad de caer fácilmente en las adicciones y la Granja País no deja de ser una excepción.
A esta experiencia de vernos distraídas por tal juego interactivo, procedimos a realizar una pequeña entrevista a algunos usuarios y las preguntas fueron:
1.- ¿Qué crees tu que es la Granja País?
R1.- Es un juego chévere
R2.- No es un juego violento
R3.- Me distrae y me quita el estrés
R4.- Me estresa tener que esperar hasta el día siguiente para volver a cultivar y vender.
R5.- Es muy parecido al juego del Monopolio, pero con otras características.
2.- ¿Te ha provocado adicción?
R1.- Si, he llegado a jugar hasta la madrugada.
R2.- No, no es una adicción para mí.
R3.- Si, hasta sueño que estoy jugando
R4.- No, pero me gusta jugarlo y trabajar en las Granjas de mis contactos.
Estas respuestas nos hacen llegar a la siguiente conclusión; de que, cae en la adicción aquel que se deja inducir en un juego capitalista y esclavista al mismo tiempo, sin ningún tipo de beneficios económicos, pues se obtiene muchos ingresos, dentro del juego en la teoría y en la práctica, así mismo, como obsequios, pero en la realidad solo se obtiene una enfermedad o adicción a los juegos de roles.
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